Noche del 11 al 12 de Noviembre.
Como cada noche desde que empezó la huelga de limpieza y jardinería, a las puertas del cantón de los servicios de limpieza situado en el polígono de Aguacate, en Carabanchel Alto, estaban concentrados decenas de trabajadores de la limpieza en huelga. A un lado de la verja del cantón están los trabajadores con servicios mínimos, con sus propios abrigos, ya que la empresa ni siquiera les ha dado ropa de trabajo de invierno. Al otro lado están sus compañeros, que aunque no van a trabajar, están fuera apoyando y defendiendo sus puestos de trabajo.
La noche estaba siendo muy tranquila, pero aproximadamente a las 23:30, dos furgones de la policía nacional acompañados de un tercer coche, llegan al cantón. Más de una decena de policías identifican a todos los trabajadores que estaban por la zona, sin ofrecer ninguna razón coherente para ello. Como siempre, con prepotencia, exigen respeto hacia ellos, cuando ellos no lo muestran con los trabajadores. La estrategia está clara. Intentan atemorizar a los trabajadores que ejercen su derecho a realizar piquetes informativos.
Por si fuera poco, tres de los trabajadores que iban a entrar de servicios mínimos, son retenidos y llevados a la comisaría sin motivo aparente, imposibilitando que acudan a su puesto de trabajo, con las posibles consecuencias que esto puede acarrear.
Cuando la policía nacional se va, empieza el baile de los secretas, paseando con el coche, aunque los trabajadores ya saben quienes son. Más tarde, otros tres coches de policía, esta vez municipal, llegan para escoltar los camiones que salen a realizar unos servicios mínimos desproporcionados.
Una vez más la policía muestra su verdadera cara. Son los piquetes del patrón, los perros guardianes del capital. Por mucho que desde los medios de comunicación se nos quiera vender que también son trabajadores, no son más que el ejército de los empresarios, y nada más que defienden sus intereses.
La acción terrorista de esta noche en Carabanchel, perpetrada por la policía, es solo una más de la larga lista de ataques a la clase obrera por parte de las fuerzas de seguridad del estado, y no será la última. Pero a los trabajadores de la limpieza y a los que les apoyamos no van a asustarnos. La lucha continuará hasta la victoria.
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